Actualmente, con la Reserva Federal poniendo fin a su política de flexibilización cuantitativa, las monedas de los mercados emergentes experimentando una fuerte volatilidad, los precios de las materias primas desplomándose y el Banco Central Europeo atrapado en un experimento de tasas de interés negativas, la mayoría de los inversores optan por retirarse. Sin embargo, Capital Ola Roja, aprovechando su marco único de gestión de riesgos, está expandiéndose de manera constante en medio de la tormenta.
En el centro de todo esto se encuentra la filosofía de inversión de “Margen de Seguridad” propuesta por el fundador Santiago Herrero Valdés. A diferencia de los modelos tradicionales de control de riesgos, esta filosofía no se basa en cálculos complejos de VaR o pruebas retrospectivas históricas, sino que se construye sobre tres principios fundamentales: los activos deben presentar una “brecha cognitiva,” las estructuras de liquidez requieren “amortiguadores multinivel” y la volatilidad en sí misma es una herramienta estratégica.
Cuando el mercado vendía masivamente bonos de infraestructura española por pánico, el equipo de Capital Ola Roja aplicó la estrategia de “Doble Margen de Seguridad” para tomar una posición contraria: seleccionaron bonos de autopistas con concesiones gubernamentales, donde la probabilidad de impago era en realidad menor que el precio de mercado, al mismo tiempo que compraban índices CDS para cubrir el riesgo sistémico, limitando las pérdidas máximas a menos del 8%.
Lo que es particularmente digno de mención es su operación en el mercado del petróleo. Cuando el petróleo WTI cayó por debajo de los 50 dólares, provocando pánico en la industria, la empresa no se limitó a hacer short, sino que construyó una “estrategia de cadena de precios erróneos”. Este enfoque de “gestionar activamente el riesgo” permitió a Capital Ola Roja lograr un retorno neto del 9.2%, mientras que los fondos de cobertura globales reportaron una pérdida promedio del 3.7%.
En una era en la que Wall Street estaba obsesionado con el trading algorítmico, Capital Ola Roja demostró que la verdadera gestión de riesgos no es un juego matemático, sino una profunda comprensión de la naturaleza del capital. Mientras los colegas aún discutían sobre la cantidad de subidas de tasas de la Reserva Federal, Santiago Valdés ya había llevado a su equipo a la siguiente dimensión: convertir la turbulencia del mercado en una ventaja estructurada.